Queremos compartir con ustedes lo vivido en estos diez días de Retiros Espirituales que culminaron el día de ayer en nuestra Comunidad.
El Padre Antonio Agrela comenzó citando la siguiente frase: "Escucha Israel, abrid el oído" (Dt. 6). Dios nos llama a la escucha a estar atentos a su palabra, a abrir el oído a aquello que Él quiere comunicarnos, nos da la libertad pero nos invita a escuchar. La llamada que Dios nos hace nos invita a ser partícipes del "Kerigma", somos embajadores de Cristo, estamos, por nuestro bautismo, invitados a anunciar la buena noticia con nuestra vida. La Carmelita es mensajera y su anuncio de Cristo vivo se refleja en la alegría, la risa es también un medio de exorcizar, saca el demonio de la tristeza, la excesiva seriedad, que nos aleja de la verdadera humildad, la simplicidad y la sencillez propia de los niños. Espíritu de Infancia y abandono el que tenía Santa Teresita del Niño Jesús, confianza y seguridad del niño en las manos de su Madre.
Tenemos que tener presente el Espíritu de Pertenencia, tomar conciencia de que soy Carmelita y que pertenezco a la Orden que la vida del Carmelo a la que fuimos llamadas tiene sus exigencias y su particular perfil, viviendo en el silencio, la entrega, la humildad y presencia de Dios, las santas costumbres del Carmelo, en una palabra no solo nos diferenciamos de las otras órdenes de vida contemplativa por el hábito, color y forma, sino por la esencia de la vida y la espiritualidad del Carmelo.
La Gracia (vida de Dios en el alma), regalo que Dios nos concede para vivir unidos a Él, vida de amor, de perdón, de misericordia, de paz y ¿hemos recibido gracias? y en el Carmelo ¿cuáles hemos recibido?, la vocación, la perseverancia, la aceptación a la voluntad de Dios, aunque sea una prueba difícil, la libertad de espíritu y debemos corresponder a esta gracia como Nuestra Madre Santísima, que dijo "hágase". Jesús nos entregó a esta Madre al pie de la cruz. El Padre Antonio nos exhortó a confiarnos en las manos de María que nos acoge y nos ama, ella nos invita a seguir y a agradecer como ella lo hizo con el Magnificat "proclama mi alma la grandeza del Señor". Ella está siempre orando al pie de la cruz por cada uno y tomándonos en sus brazos conduciéndonos a la paz.
Entre otros temas, se reflexionó acerca de que la Carmelita no vive aislada de la Realidad, sufre, con los que sufren, ríe con los que ríen, ella en su convento está muy al tanto de lo que pasa con sus hermanos en el mundo y haciéndose una con ellos ora por las necesidades de éstos... tocando el tema de la tragedia de Japón, recibimos la carta de nuestra hermana Danny (misionera del Japón) que agradecía las oraciones y sentía la compañía de sus hermanas del Carmelo allá apoyándola espiritualmente.
Se culminó el retiro con una penitencial y la unción de los enfermos en la cual recibimos los regalos que la Santa Madre Iglesia nos otorgó por los Sacramentos, confesión, unción, comunión y renovadas en el espíritu y teniendo nuestras almas limpias nos acercamos a los días Santos de la Semana Mayor para que unidas a Jesús Nuestro Esposo vivamos a plenitud el Santo Triduo y lleguemos a la Pascua resucitadas en vida nueva.